La Fuentona o el cañón del río Lobos son dos magníficos ejemplos de la eterna lucha de la roca con el agua, generando formas caprichosas e imposibles. En las estribaciones de la cordillera ibérica, es tierra de paisajes poéticos y solitarios, de pueblos pequeños que luchan por sobrevivir al vacío demográfico y al éxodo rural gracias al turismo. La miel, la mantequilla o las setas son algunos de los estupendos productos que ofrecen al viajero, que puede encontrar alojamientos rurales de un encanto incuestionable.
Soria en otro tiempo fue frontera entre Al-Ándalus y los incipientes reinos cristianos como atestigüan sus murallas, castillos, iglesias y abadías. Los templarios, el Cid, Almanzor...son muchas las historias y leyendas que atesora en su memoria esta Soria eterna a la que siempre nos gusta regresar.
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