Albert Camus: "A pesar de las ilusiones racionalistas, e incluso marxistas, toda la historia del mundo es la historia de la libertad."
domingo, 10 de septiembre de 2023
Bienvenidos al curso 2023/2024
Tras una larga etapa de inactividad iniciamos este nuevo curso en mi nuevo
destino, el IES María Guerrero de Collado Villalba. Bienvenid@s a todos.
Intentaremos seguir actualizando el blog en el cual tenéis muchos materiales
pero principalmente el temario de Historia de España para segundo de
bachillerato. Además seguiremos defendiendo la enseñanza pública frente a todos
los intentos por acabar con la única escuela capaz de transformar las
desigualdades sociales con una enseñanza de calidad, parar formar ciudadanos
libres, críticos y solidarios.
Septiembre
Hola a todos de nuevo. Llega septiembre y con él una canción del mismo título de Los Enemigos, uno de los mejores grupos del rock español de los 90. Nacidos en las noches de Malasaña y liderados por Josele Santiago constituyen la banda sonora de muchos, entre los que me encuentro.
La canción Septiembre, aparecida en el álbum "La vida mata" de 1990, tiene una historia, que como muchas de las letras de Josele, se atragantan al comprender la dureza de su fondo. Cuenta la historia de un chaval que se suicida tras suspender los exámenes de septiembre.
No os lo toméis como una moraleja de profesor, pero disfrutar con la canción y con el grupo. Nos vemos pronto.
viernes, 26 de abril de 2019
La integración de España en Europa. Consecuencias económicas y sociales. La modernización de las infraestructuras. El Programa de Convergencia y la creación del euro.
La construcción europea, iniciada tras la segunda guerra mundial
(BENELUX, CECA, Tratado de Roma) ha supuesto sin duda el mayor reto político de los últimos tiempos. La Europa
democrática y social que se planteaba en sus comienzos es bien diferente a la
Unión Europea actual. Pese a ello, el
impacto de la integración de España en la CEE primero y luego en la UE y en el
euro ha sido enorme. Las consecuencias
políticas y económicas han sido por lo general beneficiosas para nuestro país,
y contribuyeron a modernizar las infraestructuras, las comunicaciones, la
agricultura o la formación. El esfuerzo que ha tenido que hacer el país
para adaptarse a Europa ha sido muy duro, y ha mostrado también unas grandes
diferencias con nuestros socios europeos (diferencias salariales, precios,
influencia en la UE). Veamos cómo ha sido este proceso de integración:
En 1962, durante la dictadura
franquista, España solicitó, por primera vez su integración en la CEE, pero no
obtuvo respuesta. Dos años después, volvió a intentarlo y como resultado se
iniciaron unas negociaciones que llevaron al “Acuerdo Comercial preferencial”
de 1970.
En 1977, establecido un sistema político democrático, el gobierno de
Adolfo Suárez solicitó la integración plena en la CEE. En 1979 se iniciaron las
negociaciones, a la vez que lo hacía Portugal, para la adhesión.
Fueron unas negociaciones largas y complicadas; por un lado coincidieron con un
momento de crisis económica general y por otro algunos países plantearon
ciertas exigencias, por ejemplo Gran Bretaña pedía la apertura de la
frontera con Gibraltar y Alemania la integración en la OTAN. En 1985 se
permitió el libre tránsito de personas y mercancías con Gibraltar. Respecto a la entrada en la OTAN, el último
gobierno de UCD había aprobado la integración de España en la OTAN, (1982)
aunque el PSOE se opuso (bajo el lema «OTAN, de entrada no» e inició una
activísima campaña en la calle solicitando un referéndum). No obstante, cuando
el PSOE llegó al poder, ante la evidencia de que la entrada en la OTAN estaba
muy relacionada con la adhesión de España a la Comunidad Económica Europea, el
gobierno socialista, tras convocar un referéndum (1986) hizo campaña a favor de
la permanencia en la OTAN (aunque el gobierno obtuvo el sí, fue por un
margen pequeño, y supuso una profunda decepción para muchos de sus votantes).
Además España y Portugal tenían un grado de desarrollo inferior a la media
Europea.
Finalmente el 12 de junio de 1985 el Gobierno español firmó en Madrid el “Tratado
y el Acta de Adhesión a las Comunidades Europeas”, que fue ratificado en el
Congreso y en el Senado y en los parlamentos del resto de los socios
comunitarios para entrar en vigor el 1 de enero de 1986.
La entrada de España en la CEE
fue acogida con satisfacción por la opinión pública, pero planteaba unos retos muy grandes, porque la economía española, que
históricamente se había desarrollado en gran medida gracias a una política
fuertemente proteccionista, con unos elevados aranceles, tenía que adaptarse a
un nuevo marco de relaciones económicas basadas en el librecambismo.
La integración en la CEE se hizo de forma gradual mediante un período
transitorio. Durante ese periodo, paralelamente a la disminución de los aranceles, los diferentes sectores económicos
tuvieron que hacer importantes sacrificios para conseguir una producción
competitiva con la de los otros países comunitarios. Ello supuso la pérdida de
numerosos puestos de trabajo e incluso el desmantelamiento o la disminución
drástica de algunos sectores: pesca, agricultura, construcción naval,
siderurgia... La contraprestación era la apertura para los productos españoles de un mercado de millones de
personas con una elevada capacidad adquisitiva.
Los países miembros de la CEE
decidieron acelerar el proceso de construcción europea. El Acta Única Europea (1986) permitió el establecimiento de un
verdadero mercado interior sin fronteras para los países de la CEE que
posibilitaba la libre circulación de personas, mercancías, servicios y
capitales. Para asegurar la estabilidad en el seno de la CEE se aprobaron los
denominados fondos estructurales, que han comportado el traspaso de rentas de
los países económicamente más poderosos a los estados menos desarrollados de la
CEE, como España.
El proceso de integración en
Europa dio un paso fundamental con la aprobación del “Tratado de la Unión Europea” o tratado de Maastricht (1992), que
fijó la adopción de una política
económica común y el establecimiento de una moneda europea; para acceder a la moneda común los países
miembros de la Unión Europea tuvieron que cumplir una serie de condiciones,
especialmente el control de la inflación y del déficit público, que provocaron
la adopción de unas duras políticas presupuestarias (recortes en el gasto
educativo, disminución de las pensiones, reducción de las obras públicas,
etc.). Fue la política de
convergencia.
A partir de 1996, el gobierno del PP dio prioridad al
cumplimiento de los requisitos para
acceder a la moneda única, además de poner en marcha distintos planes para alcanzar la convergencia real
en renta y empleo. En 1999 se lograron los requisitos para acceder a la moneda
única europea.
El euro entró definitivamente
en la vida de los españoles el 1 de enero de 2002. Al evitarse los cambios
la moneda única produjo menos costes en el comercio europeo pero la tendencia a la equiparación de precios
en todos los países provocó un aumento de la inflación en los menos
competitivos entre ellos España.
Además de la puesta en
circulación de la moneda única, la
integración de España en la UE trajo otras implicaciones económicas basadas en la liberalización económica, el crecimiento económico y la modernización de las infraestructuras:
-La libre circulación de personas, mercancías y capitales por todos los
países de la UE.
-El impulso tecnológico tanto de las empresas españolas al tenerse que
convertir en empresas más competitivas como de las empresas extranjeras que se
instalaron en España. Del mismo modo la liberalización económica, que puso fin al tradicional proteccionismo, obligó en los 80 a una dura reconversión al sector primario e industrial, necesitado de adaptarse a un mercado abierto y competitivo.
-El principio de solidaridad y cohesión entre los países más pobres y
los países ricos de la Unión trajo consigo los fondos europeos, pero si en
principio España fue un país receptor de los mismos actualmente se ha
convertido en contribuidor.
España se halla en la actualidad plenamente integrada en la UE. Aunque durante
las últimas décadas los distintos gobiernos democráticos españoles han
considerado prioritario la política en Europa, la consolidación democrática
trajo consigo nuevas líneas de actuación en el panorama internacional.
La vinculación con sus socios militares (OTAN) y económicos (CEE) la
llevaron a participar en la guerra del Golfo (1990) o en el envío de tropas a
Bosnia,Kosovo o Libano.
En Iberoamérica se apoyaron los procesos de democratización y se
impulsó una política de cooperación y solidaridad, fundamentalmente durante la
etapa de gobierno socialista (1982-1996). Se institucionalizó la Comunidad
Iberoamericana de Naciones que celebrará Cumbres de Jefes de Estado y de
Gobierno anuales. Pero a partir de 1996 y con los gobiernos del PP, España se
convirtió en uno de los mayores inversores en Iberoamérica, principalmente en
telecomunicaciones, energía y banca. Fueron perdiendo importancia las Cumbres.
En el Mediterráneo, se
establecieron relaciones diplomáticas en Israel (1986) y se buscó la
pacificación de la zona lo que culminó con la
histórica Conferencia de Paz sobre el Oriente próximo en 1991. Se
intentó fortalecer las relaciones con Marruecos,
no se reconoció a la República Saharaui pero tampoco se cuestionó la soberanía
de Ceuta y Melilla. Aunque las relaciones con Marruecos, actualmente han
mejorado siguen pasando por distintos altibajos. Tampoco se ha avanzado en el
asunto de Gibraltar. Se cuidan especialmente las relaciones con Argelia, primer proveedor de gas natural.
A
ADurante el gobierno del PP se apostó por una política de seguridad y defensa, a la vez que se fortalecieron las relaciones con los EEUU. A partir de 2001 la orientación pronorteamericana se impone a la política europeísta produciéndose un distanciamiento de Francia y Alemania. España participa en las operaciones militares de Afganistán e Irak (2002 y 2003). El centro de la nueva política pasó a ser la lucha contra el terrorismo internacional.
A
ADurante el gobierno del PP se apostó por una política de seguridad y defensa, a la vez que se fortalecieron las relaciones con los EEUU. A partir de 2001 la orientación pronorteamericana se impone a la política europeísta produciéndose un distanciamiento de Francia y Alemania. España participa en las operaciones militares de Afganistán e Irak (2002 y 2003). El centro de la nueva política pasó a ser la lucha contra el terrorismo internacional.
Los atentados de la estación de
Atocha días antes de las elecciones, de los que se consideró responsable al
gobierno por su participación en la guerra de Irak, provocaron el cambio del
voto de muchos españoles, lo que supuso la formación de un nuevo gobierno
socialista liderado por Rodríguez Zapatero (marzo de 2004). Tras la inicial retirada de las tropas en Irak, y con el retorno del PP de Rajoy en 2011 las relaciones con EEUU y la OTAN han seguido estrechándose y siendo de total colaboración.
Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008 y la crisis de las
hipotecas basura a nivel mundial, la Unión Europea, el FMI y el Banco Mundial
intervinieron las economías de muchos países de la zona euro (Irlanda, Grecia,
Italia) y finalmente España, desde entonces sometida a recortes del gasto
público y a la llamada política de "austeridad". Contra estas
políticas han sido frecuentes las
marchas , movilizaciones sindicales, políticas y sociales, destacando el 15M
desde 2011.
El auge de los deportes en España ha sido visto como metáfora de la modernización del país, cristalizando en las olimpiadas de Barcelona 92, de éxito rotundo.
El auge de los deportes en España ha sido visto como metáfora de la modernización del país, cristalizando en las olimpiadas de Barcelona 92, de éxito rotundo.
jueves, 25 de abril de 2019
La Transición: alternativas políticas tras la muerte de Franco. El papel del rey y el gobierno de Adolfo Suárez. El restablecimiento de la democracia: las elecciones de junio de 1977. La Constitución de 1978. El Estado de las Autonomías. El terrorismo durante la Transición.
Tras la muerte
del dictador Francisco Franco (20-11-1975), se inició un período
fundamental de la Historia de España conocido como "La transición", en la cual se producirá un cambio gradual y
relativamente pacífico desde una dictadura hacía el restablecimiento de la
democracia con la Constitución de 1978 como hito fundamental. Este período
suele darse por concluido en 1982, con la victoria del PSOE y la
normalización de la alternancia
política.
El 22 de noviembre de 1975 don
Juan Carlos de Borbón es nombrado Rey de España según la ley de sucesión
franquista. El rey, en los primeros momentos, avanzó con cautela. Una gran
parte de la sociedad y de la clase política querían una ruptura total con la dictadura, pero el sector más inmovilista del
régimen, el "búnker", se
oponía a cualquier medida que pusiera en peligro el franquismo. Entre la ruptura y el inmovilismo, la
opción de la reforma gradual fue la que finalmente triunfó.
Arias Navarro será confirmado por el rey en su cargo de presidente del
gobierno, aunque lo cesará en 1976 por la lentitud de los cambios y avances democráticos, en un ambiente de
creciente oposición política y movilizaciones por la democracia.
La oposición democrática
(socialistas, comunistas, nacionalistas y democristianas), dentro y fuera de
España, pedía una amnistía política, la legalización de todos los partidos
políticos, sindicatos libres y elecciones libres.
El
rey Juan Carlos, en julio de 1976 nombró
a Adolfo Suárez presidente del Gobierno. Suárez formó gobierno con los miembros
más progresistas del Régimen y pilotó el proceso conocido como Transición
democrática. Suárez, jefe político del Movimiento con Franco, y visto
inicialmente como un continuista, mantuvo
contactos con líderes opositores como Felipe González del PSOE y Santiago
Carrillo del PCE, para convencerles de la necesidad de una transición pacífica,
sin ruptura total, iniciando la llamada política de consenso.
En septiembre de 1976 Suárez presentó su Proyecto de Reforma Política
que recogía la puesta en marcha de un régimen democrático. El proyecto fue
discutido en las Cortes y fue aprobado con escasa oposición, aunque de hecho
significaba al autoinmolación del franquismo como sistema político. Suárez
convocó un referéndum el 15 de diciembre de 1976 para que el Proyecto fuera
también aprobado por el pueblo, lo que hicieron el 94% de los españoles.
En tanto que se aceleraba el
progreso de la democratización, la tensión se veía incrementada por la
actuación de grupos violentos. Un grupo terrorista, el GRAPO, inició una
campaña de atentados y secuestros. Los FRAP y el grupo ETA siguieron sus
acciones y fueron un doloroso acompañamiento de todo el proceso de transición
democrática. El 24 de enero de 1977,
terroristas de ultraderecha asesinaron a cinco abogados laboralistas comunistas
en la calle Atocha. La demostración de la fuerza y disciplina del PCE
impresionó a gran parte de la sociedad española que comenzó a perder el temor a
la legalización del PCE.
En febrero dio comienzo el proceso de legalización de los partidos
políticos. Suárez se reunió con Carrillo. A cambio de la legalización,
Carrillo aceptó reconocer la monarquía, y ofreció su cooperación. El 9 de abril, cuando la mayoría de la élite
política y militar se hallaba fuera de Madrid por las vacaciones de Semana
Santa, Suárez anunció la legalización del PCE.
En las históricas elecciones constituyentes que se
celebraron el 15 de junio de 1977 obtuvo la mayoría el partido creado por
Adolfo Suárez, la UCD (Unión de Centro Democrático), aunque obtuvieron muchos votos los socialistas, y
en menor medida los comunistas, los nacionalistas catalanes y vascos y los
populares de Fraga. Tras ellas, las cortes aprobaron una histórica ley de
Amnistía (octubre 77) concediendo la libertad a los presos políticos, pero
dificultando, hasta el día de hoy, la investigación, derogación y reparación de
los crímenes del franquismo y la guerra civil.
La Constitución de 1978:
La comisión constitucional creada tras las elecciones, buscaba el mayor
consenso posible, de manera que los partidos más votados (UCD y PSOE)
cedieron puestos a los minoritarios (nacionalistas catalanes, comunistas) e
incluso a Fraga, de Alianza Popular, que provenían de la dictadura, pero no
nacionalistas vascos. Los llamados padres de la Constitución de 1978 fueron Gabriel Cisneros, Herrero de Miñón y Pérez
Llorca (UCD), Gregorio Peces Barba
(PSOE), Jordi Solé Tura (PCE), Miquel Roca (minoría catalana) y Fraga Iribarne
(AP).
Una vez redactada, la
Constitución de 1978 fue aprobada en referéndum el 6 de diciembre con el 87,9
de votos afirmativos, aunque con diferencias entre comunidades).
La Constitución establece que la forma política del Estado es una monarquía
parlamentaria, que la soberanía reside en el pueblo y que quedan claramente
separados los tres poderes:
- El ejecutivo en manos del presidente del gobierno, elegido por el congreso
de los diputados. El Presidente elige a sus ministros.
- El legislativo en manos de unas Cortes bicamerales, el Congreso de los
Diputados, que tiene la mayoría de las atribuciones, y el Senado, cámara de
representación territorial con menos atribuciones. Ambas cámaras son elegidas
por sufragio universal (mayores de 18 años).
- El judicial integrado por jueces. El máximo órgano judicial es el
Tribunal Supremo y en materia constitucional el Tribunal Constitucional.
-La Declaración de Derechos incluye todos los derechos y libertades destinados
a lograr la igualdad de los españoles y el desarrollo de un estado del
bienestar.
-Libertad de expresión en todos sus aspectos (prensa, opinión,
cátedra, educación...), de asociación (sindical y política) manifestación y
huelga, y de conciencia, declarándose España un estado aconfesional.
- Igualdad ante la ley, sin que se puedan establecer diferencias por
razones de sexo, edad, religión, procedencia, etc. Así mismo el Estado debe favorecer la igualdad entre
los ciudadanos mediante el desarrollo de leyes que impulsen el progreso social
y económico (derecho a la educación, al trabajo, la cultura y el deporte;
al mantenimiento de la Seguridad Social y la protección de la salud pública; a
una atención preferente de los discapacitados y la tercera edad).
- Otros artículos son: el derecho a la vida (abolición de la pena de
muerte) o el deber del Estado de proteger el medio ambiente o el patrimonio
artístico.
La característica más novedosa es la relativa
a la descentralización del Estado:
así establece en su título octavo que España se organiza territorialmente en municipios, provincias y comunidades
autónomas. Se hace la distinción
entre nacionalidades históricas, (Cataluña, País Vasco, Galicia) que accederían
de una manera más rápida al autogobierno y regiones, que podrían acceder de una
manera más lenta. El gobierno había establecido de forma provisional la autonomía de Cataluña y el País Vasco, las
cuales, tras la aprobación de la constitución, ya en 1979, obtuvieron su
autonomía por la vía rápida, al igual
que Andalucia (tras el referéndum de 1980) y Galicia. El resto de comunidades optaron
por la vía lenta, y accedieron a ella
desde 1981 hasta 1983, conformándose las 17 actuales, a las que debemos añadir
las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.
El traspaso de competencias desde
el Estado Central a los autonómicos ha sido complejo, y se ha llevado a cabo a
lo largo de los gobiernos de UDC, del PSOE y del PP. El título octavo de la
constitución es muy ambiguo y ha dado lugar a interpretaciones muy diferentes
sobre el alcance de las competencias de las comunidades autónomas, debate que a
día de hoy sigue abierto.
El terrorismo durante la transición:
El terrorismo, muy extendido en
toda Europa por aquellos años, fue muy activo en la transición española,
condicionando los acontecimientos y llevando al Estado al límite.
-La extrema derecha, los
nostálgicos del franquismo, crearon un ambiente de inestabilidad para
dificultar la transición democrática. Fueron suyos los más importantes ataques:
la matanza de Atocha en 1977, y sobre
todo el golpe de Estado del teniente coronel Tejero el 23F de 1981. Ese día
tenía lugar la votación para nombrar presidente a Leopoldo Calvo Sotelo tras la
dimisión de Suárez. El golpe fracasó por el escaso apoyo militar y social, así
como por la oposición del rey Juan Carlos.
-El terrorismo de ETA: Descontentos con la nueva situación política
y con el estatuto vasco, reclamaban la independencia
de Euskalherria, incluyendo Navarra y el País Vasco francés. Fue un terrorismo muy activo en la transición con
cientos de atentados (policías, militares), "los llamados años de
plomo" y fue evolucionando hacia atentados contra civiles y concejales
(Atentado Hipercor Barcelona, concejales populares y socialistas vascos).
Para frenar su expansión, el Estado creó
durante los 80 los llamados GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), quienes
llevaron a cabo la llamada "guerra sucia" contra ETA, y cuyo
descubrimiento fue fundamental en el declive socialista de los gobiernos de
Felipe González.
-Con menor fuerza, durante la
transición y años posteriores operaron grupos terroristas del tardofranquismo
como los GRAPO o el FRAP, vinculados a
la extrema izquierda.
Las etapas políticas de la democracia. Los gobiernos de la UCD. El golpe de Estado de 23 de febrero de 1981. La alternancia política: gobiernos socialistas y gobiernos del Partido Popular
Las etapas políticas de la
democracia española tras la muerte de Franco se articulan en torno a la alternancia entre el centro izquierda
que representaría el PSOE de González primero y Zapatero después y las
distintas variantes del centro derecha y la derecha conservadora representadas
por la UCD de Suárez primero y el Partido Popular de Aznar y Rajoy después.
La influencia de los nacionalismos
catalán y vasco sería decisiva en los 90, mientras que el peso del PCE fue
declinando, integrándose en 1986 en Izquierda Unida.
Gobiernos de la UCD de Adolfo Suárez (1977- 1981):
Durante este convulso e intenso período se afrontaron cuestiones críticas en un
clima de crisis económica y conflictividad social. Desde muchos sectores se pedían amplias reformas políticas y
sociales, pero éstas se veían amenazadas
por grupos que estaban dispuestos a imponerse mediante la violencia
(terrorismo, sectores del ejército, la ultraderecha). La situación económica española se había deteriorado extraordinariamente
desde finales de 1973, tras la crisis del petróleo. La inestabilidad
política hacía imposible la adopción de medidas para luchar contra la crisis y
a mediados de 1977 la inflación llegó al 40 %, el déficit del Estado era
enorme, el paro aumentaba cada vez más y la conflictividad laboral se mantenía
en unos niveles altísimos. Desde el
gobierno se propuso un pacto social entre todas las fuerzas políticas para
hacer frente a la situación. Tras negociar con todos los partidos se firmaron
los Pactos de la Moncloa (octubre de 1977), que establecían medidas para luchar
contra la inflación , una reforma fiscal (subida de los impuestos para las
rentas más elevadas) y al aumento de las prestaciones de la Seguridad Social.
Suárez convocó nuevas elecciones generales en marzo de 1979, que
confirmaron los resultados de las elecciones de 1977. UCD obtuvo la victoria
mientras que el PSOE fue el partido más votado de la oposición. Pocas
semanas después se convocaron las
primeras elecciones municipales, en las cuales el PSOE consiguió la alcaldía de
las principales ciudades españolas, como Madrid, Barcelona o Valencia.
En noviembre de 1978 se desmontó
la llamada “Operación Galaxia”, un
plan golpista que intentaba detener las reformas políticas que se estaban
llevando a cabo. A principios de 1981,
en medio de una situación muy tensa, estalló una grave crisis política dentro
de UCD al discutirse el liderazgo de Suárez dentro del partido, y este presentó
la dimisión como presidente del gobierno. Aprovechando esta situación un grupo
de militares planeó un golpe de estado que ejecutaron el 23 de febrero de 1981,
cuando el Congreso de los Diputados votaba la investidura de Leopoldo Calvo
Sotelo como nuevo presidente del gobierno. Más de 200 guardias civiles dirigidos por el teniente coronel Antonio Tejero
ocuparon el Congreso de los Diputados y secuestraron al gobierno y a los
diputados. Al mismo tiempo, en Valencia, el general Milans del Bosch
declaró el estado de guerra y ocupó militarmente la ciudad. Durante unas
cuantas horas se vivió una gran incertidumbre porque muchos generales dudaban
sobre qué actitud tomar. Finalmente, el
rey logró reconducir la situación (mediante un discurso televisado en el que
como jefe de las fuerzas armadas, desautorizaba el golpe) y el golpe militar
fracasó.
Tras el golpe se reprodujeron las
disputas internas en UCD. La crisis se acentuó cuando Fernández Ordóñez,
ministro de Justicia, impulsó la Ley de divorcio, que era apoyada por unos y
rechazada por otros. En pocos meses UCD
se fragmentó definitivamente: algunos ingresaron en el PSOE o en AP, Suárez
constituyó un nuevo partido, el Centro Democrático y Social (CDS). Ante esta
situación, Calvo Sotelo disolvió las Cortes y convocó elecciones generales.
Los gobiernos de Felipe González 1982-1996: Las elecciones generales del 28 de octubre de 1982 supusieron una victoria
abrumadora para el PSOE, que, con la promesa del cambio, obtuvo más de diez
millones de votos y una amplia mayoría absoluta. El segundo partido más votado fue AP, liderado por Manuel Fraga. Tanto UCD
como el CDS sufrieron un descalabro. El PSOE mantuvo su hegemonía en sucesivas elecciones (autonómicas,
municipales y generales de 1986, 1989 y 1993), hasta 1996.
Esta mayoría parlamentaria le permitió llevar a cabo, sobre todo en
los primeros años, una política de modernización de España, extendiendo el
régimen de Seguridad Social y generalizando la sanidad pública, implantando un
nuevo sistema educativo (la LOGSE ampliaba hasta los 16 años la enseñanza
obligatoria), y llevando a cabo una reforma fiscal. Algunas reformas que
atentaban contra los pilares de la mentalidad franquista provocaron una grave
polémica como la despenalización parcial del aborto, el reconocimiento de la
objeción de conciencia y el servicio social sustitutorio.
En el terreno económico la lucha
contra la inflación y el paro fueron objetivos fundamentales del gobierno y
aunque se consiguió frenar la inflación (del 14% en 1982 al 8% en 1985), la lucha contra el paro fue un importante
fracaso del gobierno socialista, que siguió creciendo hasta situarse en los
niveles más altos de Europa,
incrementado por una obligada reconversión industrial que forzó el cierre de
numerosas empresas. El resultado fue un creciente descontento de los trabajadores que culminó en la jornada de huelga
general del 14 de diciembre de 1988 que paralizó España.
El terrorismo, que apareció en
los últimos años del franquismo, se convirtió en uno de los mayores problemas
de la sociedad española. ETA, que no aceptó el nuevo sistema político ni el
estatuto de autonomía vasco (querían la independencia lo que ellos denominaban
Euskalherria, que además de las tres provincias vascas comprendía Navarra y
parte del País Vasco francés) siguió actuando mediante atentados cada vez más
indiscriminados (en un primer momento solo atentaban contra los militares y los
diferentes cuerpos de la política, pero posteriormente comenzaron a atacar a
todos los sectores de la sociedad, como en el caso del atentado de Hipercor en Barcelona).Para luchar contra ellos se creó, con apoyo del Estado, el GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación) grupo terrorista que atentó contra militantes y simpatizantes de ETA, uno de los asuntos más turbios de la época socialista, que al ser sacado a la luz (los responsables fueron juzgados y encarcelados) influyó decisivamente en la derrota socialista. Pero gracias al acuerdo entre los gobiernos de España y Francia (1984), la lucha contra ETA recibió un gran impulso (Francia negó asilo político a los terroristas de ETA, país que había sido el santuario de la banda durante años) confirmado con la firma del Pacto de Ajuria Enea(1988) por todos los partidos democráticos vascos. En 1989 el gobierno intentó una negociación con ETA, que fracasó (conversaciones de Argel).
Respecto a la política exterior, el último gobierno
de UCD había aprobado la integración de
España en la OTAN, aunque el PSOE se
opuso (bajo el lema «OTAN, de entrada no»
inició una activísima campaña en la calle solicitando un referéndum). No
obstante, cuando el PSOE llegó al poder,
ante la evidencia de que la entrada en la OTAN estaba muy relacionada con la
adhesión de España a la Comunidad Económica Europea el gobierno socialista,
tras convocar un referéndum (1986) hizo campaña a favor de la permanencia en la
OTAN (aunque el gobierno obtuvo el sí, fue por un margen pequeño, y supuso
una profunda decepción para muchos de sus votantes). El 12 de junio de 1985 se firmó el tratado de adhesión de España a
la CEE, que preveía la entrada de España el 1 de enero de 1986.
Desde 1990 el descrédito del gobierno fue en aumento al
hacerse públicos una serie de gravísimos escándalos que implicaban a dirigentes
del PSOE: la financiación irregular del partido, el enriquecimiento ilegal de
importantes dirigentes socialistas, algunos de los cuales tenían
responsabilidades de gobierno (como Luis Roldán, director general de la Guardia
Civil), las escuchas telefónicas a algunas personalidades políticas del país e
incluso la guerra sucia contra ETA (los GAL). El clima político era muy
agrio y crispado entre el PSOE y el PP. Finalmente, CiU retiró su apoyo al PSOE
(en 1993 no había obtenido mayoría absoluta), y se convocaron elecciones
generales en 1996.
Los gobiernos del PP de José María Aznar (1996-2004): Las siguientes elecciones se celebraron el 3 de marzo de
1996 y dieron una ajustada victoria al PP, aunque en el 2000 nuevas elecciones
le darían la mayoría absoluta. Los años del gobierno de Aznar estuvieron
marcados por éxitos y por fracasos. Se
hizo una política económica, basada en una orientación neo-liberal, encaminada
a reducir el gasto público en beneficio de la actividad privada, a la vez que
se buscaban cumplir los criterios económicos de convergencia económica europea
para poner en marcha la moneda única. El auge económico mundial, acompañó a
esta política lo que permitió reducir el paro y sostener las pensiones.
El problema del terrorismo fue uno de los campos más complejos, sobre todo
tras la crisis del verano de 1997, cuando el asesinato de Miguel Ángel Blanco,
un concejal del PP tras un ultimátum de ETA, provocó una gran movilización
social.
El PNV y otras organizaciones nacionalistas vascas firmaron en
septiembre de 1998 el Acuerdo de Lizarra para buscar una solución al conflicto
vasco, siguiendo el modelo irlandés. Cuatro días después Eta declaró una
tregua indefinida, que rompió tras algo más de un año. En el año 2000 se
produjo una nueva escalada de atentados. Ante
esta situación PP y PSOE firmaron un Acuerdo por las libertades y contra el
terrorismo. Pero en general la lucha contra el terrorismo fue positiva tanto en
el campo policial, como en lo político o lo judicial (ilegalización de HB,
detención de numerosos comandos, ataque a su aparato de financiación y a sus
medios de comunicación, etc.).
Sin embargo en otras cuestiones su actuación política creó un fuerte
rechazo de la sociedad, lo que a la postre provocó su derrota electoral.
Asuntos como la guerra en Irak, su intransigencia frente a los grupos
nacionalistas, el Plan Hidrológico Nacional, la gestión del hundimiento del
petrolero Prestige o la Ley de la Calidad de la Enseñanza fueron restándole
apoyos. Los atentados de la estación de Atocha días antes de las elecciones, de
los que se consideró responsable al gobierno por su participación en la guerra
de Irak, provocaron el cambio del voto de muchos españoles, lo que supuso la
formación de un nuevo gobierno socialista liderado por Rodríguez Zapatero
(marzo de 2004):
Tras ello, y pese a unos primeros años con políticas de mayor calado social (ley matrimonio
entre personas del mismo sexo, ley de memoria histórica), y el fin del
terrorismo de ETA (formalizado en 2018) la crisis económica de 2008 se llevó por delante el gobierno socialista
en 2011, surgió el movimiento 15M que supuso una sacudida de la sociedad y
canalizó las protestas, protagonizadas por los jóvenes indignados pero también
pensionistas y colectivos por todas las plazas del país.
Mariano Rajoy ganaría las elecciones en 2011 y gobierna
hasta la actualidad, sacudida por las políticas de recortes y la salida de la
crisis, los escándalos de corrupción, la
relación de Cataluña con el resto del Estado y el auge de los nuevos partidos,
Podemos primero con Pablo Iglesias al frente y Ciudadanos después con Albert
Rivera.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)