Tras la invasión musulmana de la Península
Ibérica (711) se fueron consolidando en la franja cantábrica y los Pirineos los primeros
focos de resistencia compuestos por poblaciones autóctonas y refugiados del
reino visigodo. En el año 718 los astures proclaman rey a Pelayo, probablemente
un noble visigodo vencedor en Covadonga (722), siendo este es el origen del
reino Astur, que Alfonso III transformará en el reino de León. En el siglo X el
conde Fernán González formará el condado de Castilla. El reino de Navarra
surgió en el siglo IX , consolidándose con Sancho III, el Mayor. En torno a
Jaca (siglo IX) surgió el condado de Aragón y más al Este la Marca Hispánica,
sometida a la tutela de los francos con Carlomagno, origen del Condado de
Barcelona. Ambos son el origen de la Corona de Aragón.
Por
Reconquista no se entiende un proceso continuado y planificado por estos reinos
cristianos para conquistar el territorio ocupado por los musulmanes, ni mucho
menos la pretendida continuación de la Hispania visigoda, sino un proceso de expansión de los reinos cristianos,
discontinuo en el tiempo, motivado por el crecimiento demográfico, al proceso
de feudalización que conllevó la ocupación de nuevas tierras y al ansia de
botín. Los motivos religiosos fueron importantes para justificar el proceso,
pero no decisivos.
Del
siglo VIII al X, los reinos cristianos se limitaron a ocupar territorios casi
despoblados en el valle del Duero. Se aplicó la presura (la ocupación de una
tierra despoblada por aquel que la va a cultivar, y basada en el derecho
romano). El resultado fue una zona de pequeñas y medianas propiedades de
hombres libres.
En el siglo XI el califato se fragmenta en los reinos de Taifas. Alfonso VI de Castilla conquista en 1085 Toledo. Los musulmanes reclaman la ayuda de los almorávides que frenan el avance de Castilla (batallas de Sagrajas y Uclés). Por su parte, Aragón se extiende hasta el valle medio del Ebro (Zaragoza, 1118). Es la época del Cid Campeador, que conquistó Valencia brevemente en 1094. En esta zona se dio la repoblación concejil entre el Duero y los Montes de Toledo y en el Valle del Ebro. El territorio se dividía en concejos y se otorgaba una carta puebla o fuero (conjunto de derechos). Eran hombres libres en su mayoría. El sistema dio como resultado la propiedad mediana y la propiedad comunal.
Jaime I el conquistador en Valencia. |
En
el siglo XIII, tras la derrota de Alarcos (1195), los reinos cristianos unidos
en una cruzada vencen en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), auténtico punto de inflexión el la historia de al-Ándalus. Tras ella, la corona de Aragón, con
Jaime I el Conquistador,se anexiona Valencia y Mallorca. Castilla culminó prácticamente con Fernando III y Alfonso X el Sabio la conquista de Andalucía y Murcia.
Eran zonas extensas y poco pobladas como la Mancha, en cuya conquista destacaron las órdenes militares (Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa), por lo que las nuevas tierras se dividieron en encomiendas. Predominaran así los grandes latifundios dedicados a la explotación ganadera.
Eran zonas extensas y poco pobladas como la Mancha, en cuya conquista destacaron las órdenes militares (Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa), por lo que las nuevas tierras se dividieron en encomiendas. Predominaran así los grandes latifundios dedicados a la explotación ganadera.
Alfonso VIII de Castilla y Leonor de Plantagenet entregan el castillo de Uclés al maestre de la Orden de Santiago Pedro Fernández de Fuentencalada |
En
la segunda mitad del siglo XIII, los territorios conquistados del Guadalquivir
y Levante, zonas muy ricas, fértiles y pobladas, conquistadas rápidamente, dieron lugar a la adquisición de grandes latifundios por la nobleza,
la Iglesia y las órdenes militares (donadíos y repartimientos). Este fenómeno es muy importante de cara al futuro de la estructura de la propiedad agraria en el sur de España.
En el siglo XIV, tras la batalla del Salado en 1340 (Castilla y Portugal derrotan a los benimerines de Fez, último gran imperio norteafricano en intentar conquistar la península) se frena la reconquista debido a las epidemias y las guerras
sucesorias en los reinos cristianos, quedando únicamente en manos musulmanas el reino
nazarí de Granada hasta 1492, que englobaba las actuales provincias de Almería,Granada y Málaga, así como partes de Murcia, Jaén y Cádiz.
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