Durante el primer milenio a.C. y ya en plena
Edad del Hierro, conviven en la Península Ibérica pueblos autóctonos, llamados prerromanos, con
pueblos colonizadores procedentes del ámbito Mediterráneo oriental, es la llamada protohistoria (periodo de transición de la prehistoria a la historia en la que las fuentes escritas son indirectas o incipientes).
El reino de
Tartessos se desarrolló en el Valle del Guadalquivir. Poseía una monarquía
hereditaria (el legendario Argantonio) y su economía se basaba en la explotación minera y en
el comercio con los fenicios. Además desarrollaron la escritura y una
orfebrería muy refinada(tesoro de Carambolo, tesoro de Aliseda), pero hacia el s. VI a.C
desaparecieron misteriosamente, como casi todo lo que rodea a esta cultura.
Los
pueblos iberos se instalaron en las costas del Mediterráneo y el valle del Ebro,
tenían una lengua propia aún no descifrada pero común, y una economía de base agraria y comercial. Su organización política estaba liderada por una élite aristocrática (como atestiguan los ajuares funerarios hallados con armas como la célebre falcata ibérica) y afortunadamente conservamos hallazgos artistícos tan célebres como las damas de Baza y Elche, que atestiguan el importante
desarrollo cultural y sus vínculos orientales.
Los
celtas eran de origen indoeuropeo y ocuparon las cordilleras del Norte. La
economía se basaba en la pesca, la ganadería y la recolección, vivían en
castros fortificados y se organizaban en clanes. No poseían escritura y apenas
sufrieron influencias de los colonos Dominaban la metalurgia del hierro y la artesanía textil, y la
magia y la adivinación jugaban un papel muy importante en sus creencias. Galaicos, astures, cántabros, lusitanos a vascones representan la influencia del mundo atlántico en la Península
Los
celtíberos eran un conjunto muy heterogéneo de pueblos de origen celta que habitaban la Meseta central, como los arévacos. Vivían en poblados fortificados y
tuvieron importantes contactos con pueblos colonizadores y con los iberos. Mantenían una gran cohesión tribal y su conquista fue muy difícil para los romanos (Numancia). La economía era de base agrícola y ganadera (verracos)
Estos
pueblos fueron influenciados económica y culturalmente por los colonizadores
mediterráneos. Los fenicios y griegos llegaron con la intención de comerciar,
pero los cartagineses llegaron con la intención de conquistar. Los fenicios
procedían del Lilbano y fundaron factorías comerciales por todo el Mediterráneo
sur, siendo Gadir o Malaka fundadas en el s. VIII a.C. Los griegos proceden de
Massalia (actual Marsella) y fundaron polis como Rodhes y Emporion, siendo su
influencia decisiva para la futura conquista romana. Los cartagineses procedían
de Cartago, Túnez, antigua colonia fenicia, y conquistaron todo el Sur y
Sureste peninsular con importantes líderes como Anibal, de la familia Barca. En
las guerras púnicas (siglos II-II a.C.) se enfrentarán a Roma por el control del mediterráneo, y
con su derrota se iniciará la romanización de la P. Ibérica. Los colonos
aportaron a la Península el torno de alfarero, la vid, el olivo, las gallinas,
la moneda, un alfabeto, y estrecharon los contactos comerciales y culturales de
la península con el resto del Mediterráneo, es la entrada de los pueblos peninsulares
en la Historia.
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