La conquista islámica de la Península y la formación de al-Ändalus se enmarcan en el proceso de expansión general de una nueva religión, el Islam, y de una civilización, la árabe, extendida de manera vertiginosa por Asia oriental y el norte de África desde la predicación de Mahoma en el siglo VII en Arabia.
Aprovechando
las habituales disputas dinásticas de los visigodos y alentados por la yihad,
los musulmanes, mayoritariamente bereberes, dirigidos por Tariq atraviesan el
estrecho de Gibraltar (711) y derrotan en la batalla de Guadalete al ejército
de Don Rodrigo, último rey visigodo. El gobernador Musa completaría la
ocupación.
La invasión musulmana (711-714) En tres años conquistan toda la península, excepto algunas zonas de la franja cantábrica y los Pirineos donde fueron derrotados en la batalla de Covadonga en el 722 por los astures y más tarde por los francos en Poiters (732), lo que supuso el fin de la expansión musulmana por Europa. Habitualmente se firmaron capitulaciones que permitieron a los conquistados conservar sus tierras, a cambio del pago de tributos. La rapidez de la conquista fue debida en parte a la tolerancia musulmana hacía cristianos y judíos (Gentes del Libro) y al desinterés de la mayoría de la población en defender una monarquía con la que no se identificaba. Inicialmente los no-musulmanes deben pagar impuestos especiales como la yizya y el jaray, lo que fomentará, junto con el prestigio de la nueva religión, las conversiones al Islam.
La invasión musulmana (711-714) En tres años conquistan toda la península, excepto algunas zonas de la franja cantábrica y los Pirineos donde fueron derrotados en la batalla de Covadonga en el 722 por los astures y más tarde por los francos en Poiters (732), lo que supuso el fin de la expansión musulmana por Europa. Habitualmente se firmaron capitulaciones que permitieron a los conquistados conservar sus tierras, a cambio del pago de tributos. La rapidez de la conquista fue debida en parte a la tolerancia musulmana hacía cristianos y judíos (Gentes del Libro) y al desinterés de la mayoría de la población en defender una monarquía con la que no se identificaba. Inicialmente los no-musulmanes deben pagar impuestos especiales como la yizya y el jaray, lo que fomentará, junto con el prestigio de la nueva religión, las conversiones al Islam.
El
Emirato dependiente de Damasco (714-755) Tras la conquista musulmana, la
península se convirtió en una provincia o emirato del Califato de Damasco,
gobernado por un emir que actuaba en nombre del califa Omeya. En esta etapa
fueron frecuentes las rebeliones bereberes, descontentos por el desigual
reparto de las tierras que hacía la élite árabe.
El
Emirato independiente (756-929): En el año 756, Abd-al-Rahmán I, un miembro
superviviente de la familia Omeya, familia expulsada del califato por los
Abbasíes, llegó a la península haciéndose con el poder y proclamándose emir
independiente, jefe político pero no religioso. Fue una etapa de consolidación
del poder musulmán, estimulándose el desarrollo económico y urbanístico.
EL Califato de Córdoba (929-1008) En el año 929 Abd-al Rahmán III, se autoproclamó califa, jefe político y espiritual, este periodo del califato representó la época de máximo esplendor cultural del Al-Ándalus, cristalizado en la mezquita de Córdoba o en Medina al-Zahira. En el año 976 Almanzor, el ministro principal o hayib de Hisham II, se hizo con el poder y convirtió el califato en una dictadura militar apoyado en las victoria de su ejército contra los núcleos cristianos del norte.
EL Califato de Córdoba (929-1008) En el año 929 Abd-al Rahmán III, se autoproclamó califa, jefe político y espiritual, este periodo del califato representó la época de máximo esplendor cultural del Al-Ándalus, cristalizado en la mezquita de Córdoba o en Medina al-Zahira. En el año 976 Almanzor, el ministro principal o hayib de Hisham II, se hizo con el poder y convirtió el califato en una dictadura militar apoyado en las victoria de su ejército contra los núcleos cristianos del norte.
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