Albert Camus: "A pesar de las ilusiones racionalistas, e incluso marxistas, toda la historia del mundo es la historia de la libertad."

lunes, 25 de marzo de 2019

La Guerra Civil: la sublevación militar y el estallido de la guerra. La dimensión internacional del conflicto.


La guerra civil española comenzó con una sublevación militar que pretendía aniquilar a la República, pero lo que pretendía ser un golpe de Estado rápido,se convirtió en un largo conflicto de casi tres años de duración que ha sido considerado por algunos historiadores como un prólogo de la Segunda Guerra Mundial, donde se enfrentaron las principales ideologías de la época: fascismo, comunismo y democracia. 




La sublevación fue organizada por un grupo de generales monárquicos y conservadores (Sanjurjo, Mola, Fanjul, Franco, Goded) junto con grupos políticos de extrema derecha como la Falange o los carlistas, que ya preparaban desde el triunfo del Frente popular una conspiración militar. El golpe de Estado debía ejecutarse con rapidez y violencia, para evitar la resistencia del gobierno y sobre todo de las organizaciones de izquierdas, muy movilizadas ya desde la revolución de octubre y sobre todo con la victoria electoral del frente popular en febrero de 1936. Ante las sospechas de golpe d Estado, el ministro de Defensa trasladó a los generales más abiertamente antirrepublicanos , Mola a Navarra, Franco a Canarias y Goded a Baleares. Sin embargo los preparativos continuaron durante la primavera del 36. El asesinato de Calvo Sotelo (12 julio), fue el pretexto y sirvió para acelerar  la sublevación:
 La rebelión militar (17-18 de julio de 1936) se inició  en el Marruecos español, y de allí se extendió a las guarniciones peninsulares. Tanto Canarias, donde Franco era la autoridad militar, como en Marruecos, con jefes antirrepublicanos, triunfó el golpe. A lo largo del 18 de julio y días siguientes, lo sublevados alzaron Navarra, Álava, Castilla y León, Galicia, Baleares, parte de Andalucia y casi todo Aragón.

Las organizaciones obreras (milicianos) y los militares leales al gobierno sofocaron la rebelión en el norte, el levante y sobre todo en  las grandes ciudades del país como Madrid o Barcelona. (excepción de Sevilla). Constatado el fracaso del golpe se inicia el enfrentamiento entre los dos ejércitos, el sublevado y el leal a la República, en una guerra civil que durará tres años y dividirá España en dos bandos:
 El bando republicano contaba con los núcleos industriales y urbanos además del oro del Banco de España.  Contó con el apoyo de la Guardia de Asalto y con las milicias obreras y campesinos de las organizaciones de izquierda (PCE, CNT,PSOE) La mayor parte de la marina quedó en sus manos junto con la mitad de las tropas aunque no contaban con la fidelidad de los oficiales.





El bando sublevado, llamados a sí mismos, “nacionales”, contaba con la principal zona cerealística y militarmente con la mayor parte de los generales y la mitad de los miembros del ejército además de las experimentadas tropas de África (la Legión y los regulares). Del mismo modo, contaron con multitud de voluntarios de las milicias organizadas por los partidos carlista (requetés) y falangista.


La intervención o no intervención extranjera en el conflicto bélico influyó decisivamente en la evolución de la contienda, marcó los bandos en lucha y  determinó la victoria final de Franco. El conflicto afectaba a los interés de las potencias y dio impulso al choque de ideologías latentes en la Europa de entreguerras.
La República intentó que la Sociedad de Naciones actuara contra Italia y Alemania por su intervención directa en la guerra, pero tuvo que esperar más de un año desde que empezó el conflicto para que se aprobase una resolución, que finalmente no fue aplicada.

Por otra parte, Francia y Gran Bretaña elaboraron un documento en el que se prohibía en ambos países la venta de todo tipo de material militar con destino a España. Este fue el punto de partida para la creación del Comité de No Intervención, con sede en Londres. Se intentaba con ello evitar que el conflicto se internacionalizara y por otro ayudar de forma indirecta a la República evitando la entrega de armas a los rebeldes. Pero fue un fracaso, aunque lo firmaron más de treinta países, entre ellos Italia y Alemania.
Francia, gobernada también por un Frente Popular, dirigido por el socialista León Blum, decidió al principio ayudar a la República, pero las presiones británicas y las divergencias internas le obligaron a suspender la ayuda. Por eso decidió impulsar el Comité de No Intervención. Su papel acabaría siendo el de país de acogida y asilo. Gran Bretaña de forma oficial apoyó la neutralidad, lo que no impidió que firmara un acuerdo con Italia en el que admitía la presencia de tropas italianas en España, además le inquietaba el matiz revolucionario del Frente Popular. EEUU interpretó la guerra como un avance del comunismo en Europa, (aunque parece que el presidente F.D. Roosevelt estaba a favor de la República) adoptó una política de no intervención y prohibió la venta de armas en España. Aunque grandes empresas americanas como la TEXACO o General Motors abastecieron al ejército franquista.


Los países que ayudaron de forma directa a los militares sublevados fueron los que tenían regímenes fascistas o similares.

Alemania, con Hitler al frente, ofreció la ayuda más determinante en el ámbito militar desde los primeros momentos apoyando a los sublevados, tanto por razones estratégicas (aislar a Francia ante un próximo conflicto) como para probar la eficacia de su gran máquina de guerra, con la participación directa de la legión Cóndor de aviación, esencial para la guerra y responsable del bombardeo de Guernica. También participó con todo tipo de equipos de comunicación, antiaéreos, tanques, carros... Pero, al no pretender conseguir triunfos personales como Mussolini, no envió demasiadas tropas sino básicamente instructores militares. Finalmente también dio ayuda financiera.



Italia proporcionó ayuda vital en número de hombres y valor económico. La ayuda de Mussolini fue inmediata gracias a la firma un tratado de amistad y de reconocimiento con el gobierno de Burgos (capital del gobierno nacional), porque esperaba obtener ventajas en su ambición de controlar el Mediterráneo. Su ayuda se centro en equipos (aviones para cruzar el estrecho de Gibraltar el ejército de Marruecos), hombres,con unos 70 000 soldados, destacando el CTV (Cuerpo de tropas voluntarias) y financiación a través de la compañía SAFNI.




Portugal tuvo una aportación menor aunque también envió voluntarios (los “viriatos”), además de ceder el territorio para operaciones militares e introducir armamento.

La República como régimen democrático y legítimo de la nación debería haber podido disponer de la ayuda de las democracias occidentales. Pero los únicos países que la apoyaron con decisión fueron La Unión soviética y Méjico.
• La Unión Soviética  de Stalin inició su ayuda en octubre de 1936 y se mantuvo constante a lo largo de la guerra con aportaciones de hombres y material, más de 1000 aviones, carros de combate y asistencia técnica y logística. Pero su exigencia de pago por adelantado obligó a la República a enviar a la URSS las reservas de oro del Banco de España, aunque  según algunos estudios recientes, el valor económico de la ayuda fue superior al de lo depositado.


• La actitud de Méjico fue de apoyo a la República desde el principio. Su presidente Lázaro Cárdenas ordenó el envío de municipios y fusiles procedentes de su propio ejército.

• Las Brigadas Internacionales eran tropas formadas por voluntarios izquierdistas (35 000 hombres en total, nunca más de 20.000 a la vez) que ante la política de no intervención de sus gobiernos deciden luchar en España a favor de la República y contra el fascismo. Eran hombres en su mayoría, anarquistas, socialistas, comunistas, muchos intelectuales, pero también exiliados alemanes e italianos y aventureros o idealistas que procedían de Estados Unidos, Canadá, Francia, Gran Bretaña, etc. Su aportación fundamental se centró en la defensa de Madrid y en Guadalajara, pero sobre todo infundieron un gran ánimo en los republicanos, al ver como su lucha se hacía internacional. En 1938, ante la inevitable derrota republicana, las Brigadas abandonan España para facilitar las negociaciones de paz con Franco.


Debido a la gran expectación que despertó el conflicto en todo el mundo, fue una de las guerras que más periodistas y escritores extranjeros acogió, destacando entre ellos figuras de enorme importancia para la literatura o la fotografía como Robert Capa, John Dos Passos, Enrest Hemingway, Ilyá Ehrenburg,  Georges Orwell o André Malraux, que ambientaron en nuestro país novelas inolvidables como "Por quién doblan las campanas", "Homenaje a Cataluña" o "La esperanza" e hicieron grandes fotografías que han quedado para la historia("Miliciano muerto" de Capa ) jugándose la vida en muchos casos como en el Gerda Taro (fallecida en la batalla de Brunete al ser aplastada por un tanque)
 

 




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