Albert Camus: "A pesar de las ilusiones racionalistas, e incluso marxistas, toda la historia del mundo es la historia de la libertad."

martes, 9 de octubre de 2018

La evolución económica de los reinos cristianos en la Edad Media


Santa María del Naranco, Oviedo.
Tras la ruralización que supuso la época visigoda y la invasión musulmana, los pequeños núcleos de resistencia cristiana que se formaron en el norte de la península tardaron varios siglos en iniciar un tímido desarrollo económico, notable posteriormente. Hasta el siglo XI y XII, su economía era cerrada, centrada en el autoconsumo y con escasa circulación de bienes y de moneda.
Iglesia románica de San Martín de Frómista, Palencia.
Tras las conquistas del XI y XII y especialmente las del XIII, la estabilidad, la ampliación de los territorios, la apertura de rutas comerciales (Mediterráneo, Atlántico) o culturales (Camino de Santiago, estilo románico y después gótico) y el despegue demográfico y repoblador, en un contexto general europeo de renacimiento urbano y económico, permitió el desarrollo económico de Castilla, Aragón, Navarra y Portugal. El crecimiento del comercio posibilitó la creación de gremios, que agrupaban a los artesanos por oficios. 

Centrándonos en Castilla. La orientación a la ganadería fue crucial en la Edad Media, lo que fue en perjuicio de la agricultura. Alfonso X creó en 1273 el Honrado Concejo de la Mesta, asociación de ganaderos que organizaba la trashumancia a través de las cañadas. La mesta contaba con enormes privilegios de paso (lo que irritaba a los agricultores) y enriqueció a grandes propietarios como la nobleza, el clero o las órdenes militares, además de aportar unos enormes ingresos para la corona de Castilla. La lana de la oveja merina, de gran calidad, se reunía en Burgos y desde allí se transportaba a los puertos del cantábrico para ser exportada a Flandes o Inglaterra. De estos mismos puertos salía también el hierro vasco, de gran importancia. Era una economía de exportación de materias primas, importando los productos manufacturados. También destacaron las ferias comerciales, siendo la más famosa la de Medina del Campo.


Pese a todo, el desarrollo económico castellano, que enriqueció a los privilegiados, no supuso el crecimiento de una burguesía influyente y volcada al comercio, hecho que con la conquista de América y su enorme mercado se revelará en todas sus dimensiones trágicas.

  Por contra en Aragón, que también contaba con una importante ganadería ovina y una agricultura de regadío próspera, las actividades artesanales (textil especialmente) y el comercio mediterráneo si que consiguió el desarrollo de una importante burguesía, especialmente en Barcelona o Valencia, que se harán con el control de las instituciones ciudadanas (Consell de Cent). El comecio aragonés, se vio favorecido por la extraordinaria expansión de la corona por el Mediterráneo (Sicilia, Cerdeña, Nápoles, puertos del norte de África) así como por las instituciones creadas para favorecer el comercio (como los consulados del mar  o las lonjas) y por los avances generales en transportes y medidas de pago (letras de cambio).  Tradicionalmente se exportaban tejidos, aceites, armas, y se importaban sedas o especias.
Lonja de la seda, Valencia
La peste negra en 1348, la crisis agrícola, las guerras civiles catalanas y el avance de los turcos supondrán el fin de este periodo de esplendor de la corona de Aragón en lo político y económico, y dejarán al reino en mala situación para afrontar la unidad dinástica con los Reyes Católicos. Solamente Valencia se recuperará con mayor rapidez y sustituirá a Barcelona como principal puerto comercial y centro económico de la Corona de Aragón en el siglo XV.
Basílica de Santa María del mar en Barcelona

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