Buen viaje de vuelta a las estrellas David Bowie

Cuando utilizamos la palabra genio, generalmente pensamos en Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel o Picasso, quizás Einstein o incluso para algunos, futbolistas como Maradona o Pelé.
 En el mundo de la música, y en el pop, pocas personas pueden llevar tal calificativo con tanta naturalidad como el tristemente desaparecido ayer, David Bowie. Inglés, ciudadano del mundo, original como nadie, compositor único, productor de grandes discos (propios y ajenos, recordemos el mejor Lou Reed en Transformer o Iggy Pop) y descubridor de grupos fundamentales como the Pixies.
Pero por encima de todo, y al margen de su estrafalario aspecto, andrógino, ambíguo, siempre distinto, están, y estarán siempre en la memoria colectiva, sus canciones. Esas canciones redondas, directas, evocadoras, con melodías tan bellas como arreglos desconcertantes en ocasiones,pero siempre con su sello. Ese sello que nos ha dejado con 69 años y un disco bajo el brazo, su legado no morirá, de hecho viaja hacia las estrellas y perdurará en nuestros recuerdos de un músico genial. Resulta muy difícil encontrar canciones que representen su carrera o discos, ya que son tantos y tan buenos que la elección no es sencilla. Personalmente me quedo con el Hunky Dory, cuarto álbum de Bowie, aparecido en 1971, justo antes de su celebérrimo Ziggy Stardust y con un compositor, productor e intérprete en estado de gracia (Life on mars, Changes, Kooks..son algunos de sus éxitos de siempre). Esta interpretación en directo para la BBC siempre me gustó, con Queen Bitch rendimos un pequeño homenaje a uno de los iconos del siglo XX. Gracias maestro, que la tierra te sea leve.