Los nuevos ministerios, la hoz y el martillo. Secundino Zuazo

Cuando uno observa la inmensa mole granítica de los nuevos ministerios, y pese a las esculturas de ministros socialistas como Largo Caballero o Indalecio Prieto, no dudamos de asociarlo al franquismo. Los ecos escurialenses, las añoranzas imperiales, tan característicos del franquismo, nos impiden ver,sin embargo,un secreto a la vista de todos, y sin embargo oculto.

Solamente desde el aire del complejo ministerial, impulsado por el ministro Prieto y por el arquitecto Secundino Zuazo,en su búsqueda de la expansión de Madrid en los años 30, podemos darnos cuenta de los elementos que representa su planta. Ni más ni menos que la hoz y el martillo unidos por la base, símbolos del comunismo y en aquella época, un claro homenaje a la URSS. No en vano, el arquitecto, Zuazo, había sido cofundador de la asociación de amigos de la Unión Soviética en 1932, y por ello su carrera se vería truncada con la guerra y la posterior represalia y depuración franquista. Zuazo, conocido por una de las viviendas más vanguardistas y habitables de Madrid, la casa de las flores, planteó una propuesta diferente a la actual, ya que el ladrillo, y no el  granito, sería el material empleado en su revestimiento exterior. Iniciadas las obras en 1933, se concluirían tras la guerra con el citado cambio de materiales y la eliminación de algunos elementos del proyecto original. Sin embargo, por descuido, o por desidia, la planta original apenas varió, y a día de hoy se alza orgullosa, tras haber presidido, de incógnito, durante décadas, uno de los símbolos del franquismo en Madrid. Secundino Zuazo todavía esboza una sonrisa desde la tumba. Su homenaje al comunismo es uno de los más grandes del mundo, a la vista de todos, y sin embargo oculto.