Albert Camus: "A pesar de las ilusiones racionalistas, e incluso marxistas, toda la historia del mundo es la historia de la libertad."

jueves, 7 de abril de 2016

Un paseo entre la historia y el renacimiento, bañada por un mar de olivos. Úbeda y Baeza


Cruzar el estrecho desfiladero de Despeñaperros antaño fue una de las claves para dominar la península ibérica. El paso entre la meseta y Andalucía, testigo de la historia, del paso de romanos, musulmanes (derrotados en las Navas de Tolosa, 1212,) o franceses (Batalla de Bailén 1808), abre los fértiles terrenos bañados por el Guadalquivir y sus afluentes y el paisaje se puebla de campiñas, pueblos cuidadísimos, orgullosos de su historia, y sobre todo, en la provincia de Jaén, del espectacular mar de olivos del que habló Machado, bellísima estampa que genera el oro verde, el mejor aceite de oliva del mundo.
Las ciudades y pueblos de Jaén, menos conocidos que las tradicionales capitales de Andalucía o Al-Andalus, Córdoba o Sevilla, o incluso la Cádiz atlántica que comunicaba el viejo mundo y el nuevo, fueron sin duda entre los siglos XV y XVI sede de un desarrollo económico y cultural del que ciudades como Úbeda, Baeza,o Andújar son buena muestra.
El renacimiento jienense le debe mucho a la figura de Francisco de los Cobos, secretario del emperador Carlos V, que trabajó con los reyes católicos y cuya familia se vinculó del mismo modo al futuro rey Felipe II. Gracias a su inmensa fortuna y altísima posición propició un desarrollo urbanístico y patrimonial que tiene su epicentro en la maravillosa capilla del salvador del mundo de Úbeda, obra cumbre del genial arquitecto Andrés de Vandelvira.



Los palacios renacentistas que pueblan Úbeda, Baeza o Andújar, forman un conjunto bellísimo de gran armonía y coherencia constructiva, algo difícil de ver en otros lugares del mundo, incluida Italia. La plaza de Vázquez de Mella en Úbeda o todo el complejo universitario de Baeza, son hoy en día considerados patrimonio de la humanidad y nos transportan a una época, tras la reconquista cristiana y la repoblación, en la cual nobleza, clero y monarquía, principales mecenas del arte, edificaron templos como la catedral de Granada, la de Baeza, y las ya citadas universidad de Baeza y conjunto monumental de Úbeda.









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