Albert Camus: "A pesar de las ilusiones racionalistas, e incluso marxistas, toda la historia del mundo es la historia de la libertad."

martes, 27 de noviembre de 2018

La España del siglo XVIII. Expansión y transformaciones económicas:agricultura, industria y comercio con América. Causas del despegue económico de Cataluña.


El modelo económico de la monarquía borbónica, influido por las ideas ilustradas y el mercantilismoimpulsará notablemente el comercio, la industria nacional y la agricultura. La importante recuperación demográfica del siglo (especialmente en la periferia vasca, gallega y levantina) ayudará al desarrollo de la producción nacional al aumentar la demanda.

Los esfuerzos modernizadores se centrarán en la reforma de la propiedad y explotación de la tierra, así como en colonizar tierras incultas y aumentar la , siguiendo la línea de la fisiocracia. Buen ejemplo son las reformas agrarias de Olavide o Jovellanos, que chocaron generalmente con la oposición de los grandes latifundistas, nobleza e Iglesia. Pese a ello se introdujeron en Valencia, Murcia o Cataluña sistemas de cultivo intensivo (arroz, legumbres, frutales) así como cultivos industriales (lino, cáñamo). El desarrollo de la vid propició una industria muy próspera (aguardientes para exportar) y en la zona norte se introdujeron nuevos cultivos como el maíz o la patata.

La necesidad de crear un mercado interior y las dificultades de los transportes   propiciaron un gran esfuerzo en las creación de infraestructuras que facilitaran el tranporte (canales, puentes, carreteras, puertos) así como  el fomento de la industria a través de las Reales Fábricas de Manufacturas (paños, sedas, cristal, tapices, armas, tabaco, porcelanas..) con malos resultados económicos al estar enfocadas a la corte y a los reales sitios.

En cuanto al comercio, se combinaron medidas proteccionistas para estimular la producción nacional (prohibición de importar telas de Asia), la creación de compañías comerciales (cacao,azúcar, tabaco) y finalmente la liberalización del comercio con América en 1778, acabando con el monopolio de Cádiz (tras el de Sevilla), y permitiendo el desarrollo de regiones periféricas que promovieron la industria para satisfacer la creciente demanda de los virreinatos y la sociedad criolla en América. Todos estos esfuerzos produjeron un auge extraordinario del comercio, aunque chocaron con la competencia británica y americana.

Cataluña conquistó el amplio mercado interior castellano con su sector textil, y sobre todo las indianas (tejidos de algodón estampados) hicieron lo propio en las colonias. Este comercio permitió a la burguesía catalana reunir los capitales necesarios para la revolución industrial de la centuria siguiente (ya en 1780 se introdujeron los primeros telares mecánicos). Además, era la región más dinámica y avanzada, con un campesinado menos gravado por los impuestos y rentas señoriales (censo enfitéutico) , y capaz de orientar su producción al mercado, y no al autoconsumo.

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