Me fui a los montes porque quería vivir intensamente

Verano, elecciones,crisis política existencial, oposiciones, selectividad, exámenes..cuando todo eso se junta solamente merece la pena respirar, disfrutar de las vistas de lo inmutable, o apenas perceptible, y ésa, es la montaña, la mole granítica serrana, el brazo hercúleo del que hablaba Ortega, el mejor recurso didáctico siguiendo al maestro Gíner de los Ríos.Del disfrute de la frescura de Lajarosa, a las cumbres de Guarramillas, por la hoya del Toril en el valle de El Paular o por el cerro Matalpino y la cuerda que va a la Peñota, entre posiciones republicanas y franquistas en el Alto del León. Nada mejor para valorar el tiempo, la distancia, la naturaleza y el ser humano en su interacción, tantas veces trágica, muchas veces mágica. Me fui a los montes porque quería vivir intensamente, sorberle todo su jugo a la vida. Carpe diem