Las diversidad de los paisajes agrarios españoles refleja las diferencias climáticas, culturales y la historia de la península y España. Desde los pastos de la ganadería extensiva en Galicia a los invernaderos de Almeria, de la explotación forestal a la tierra de campos en Castilla, del olivar en Jaén a la cochinilla en Canarias (en la foto), las huertas del levante y el valle del Ebro, la agroindustria, conforman un crisol de prácticas y tradiciones que hoy en día se alternan con el turismo, el ocio y el disfrute de la naturaleza. El llamado sector primario, unido a la pesca y a la silvicultura constituye un conglomerado de formas de tenencia y de explotación de la tierra inmenso, aunque las tendencias desde hace décadas sean a la explotación intensiva y mecanizada y la concentración parcelaria. Los paisajes agrarios derivados de la tipología de parcelas y poblamientos completan el el círculo de este acercamiento a la agricultura y la ganadería principalmente. Poca población, poco aporte directo al P.I.B, pero mucha sabiduría y sobre todo el sustento de los seres humanos, casi nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario